Artículo
La llamada de atención de los incendios forestales: Crear una cultura de reducción proactiva del riesgo

«La planificación técnica era sólida, el marco legal estaba claro, pero sentada en esa sala de juntas, se dio cuenta de que el reto más difícil no era operativo: era cultural».
La pregunta del regulador fue directa al meollo de la cuestión: «¿Así que nos pides que aprobemos un programa multimillonario diseñado para cortar la electricidad a nuestros clientes? ¿Cómo explicamos eso exactamente a nuestros grupos de interés?». La directora general de ElectriCo sabía que las preguntas de seguimiento no tardarían en llegar: ¿Qué pasa con las quejas de los clientes? ¿Cómo gestionamos la reacción pública cuando la gente se queda sin electricidad durante las olas de calor?
La directora general ya había anticipado este momento. Durante meses, su equipo había estado desarrollando su programa de Corte de Energía por Seguridad Pública (PSPS), impulsado por la presión regulatoria y la creciente responsabilidad derivada de los incendios forestales. Pero aunque la lógica de seguridad contra incendios era impecable, los eventos de PSPS generaban también una fuerte respuesta negativa: residentes enfadados, empresas frustradas y reuniones comunitarias tensas. La planificación técnica era sólida, el marco legal estaba claro, pero sentada en aquella sala de juntas, comprendió que el reto más difícil no era operativo: era cultural.
Al mismo tiempo, su veterano supervisor de operaciones afrontaba el mismo desafío desde otro ángulo. Tras 25 años perfeccionando una habilidad por encima de todas: restaurar el servicio lo más rápido posible, ahora se le pedía que liderara el nuevo «equipo proactivo de cortes». La duración de las interrupciones siempre había sido su indicador clave, y la fiabilidad del sistema, su medida de éxito. La ironía no se le escapaba.
«Ayúdame a entender esto», le dijo a su jefe durante una sesión de planificación. «Estamos creando equipos para provocar apagones deliberadamente… ¿y a eso lo llamamos progreso?».
Para los líderes de las empresas eléctricas que se enfrentan a la creciente amenaza de incendios forestales, estas conversaciones paralelas en salas de juntas y centros de operaciones reflejan el desafío esencial: transformar una organización construida sobre la entrega fiable de energía en otra que adopte la desconexión proactiva como herramienta de seguridad comunitaria.
Cuando las decisiones en segundos se enfrentan a una cultura centenaria
La primera realidad a la que se enfrentan las empresas eléctricas es que la respuesta a los incendios forestales opera en tiempos completamente distintos a los de las operaciones tradicionales. Cuando las condiciones meteorológicas cambian rápidamente, los equipos disponen de entre 48 y 72 horas para analizar vastos territorios de servicio, evaluar miles de activos y notificar a decenas de miles de clientes.
Esto genera una tensión inmediata. Las empresas eléctricas deben mantener su excelencia operativa central mientras desarrollan capacidades completamente nuevas que funcionan bajo reglas radicalmente diferentes. Empieza aquí: otorga a tus equipos de respuesta a incendios forestales autoridad clara para la toma de decisiones y líneas directas de reporte ejecutivo, separadas de los procesos tradicionales de aprobación operativa.
Más allá de las decisiones 50/50: Comprender tu apetito de riesgo
Quizá el cambio cultural más desafiante tenga que ver con la forma en que las empresas eléctricas manejan la incertidumbre. La planificación tradicional suele intentar eliminarla mediante análisis exhaustivos y márgenes de seguridad conservadores. Pero la respuesta a incendios forestales exige tomar decisiones de gran impacto basadas en pronósticos probabilísticos e información incompleta.
Esto obliga a una conversación organizacional crucial: ¿cuál es la tolerancia al riesgo de tu empresa? Un enfoque conservador puede ampliar el alcance de los eventos PSPS, afectando a más clientes para garantizar una cobertura de seguridad completa. Un apetito de riesgo mayor podría centrarse más en zonas con alta probabilidad, aceptando un grado de incertidumbre a cambio de un impacto menor en los clientes.
El primer paso esencial: documentar explícitamente tu tolerancia al riesgo y formar a los equipos para aplicarla de forma coherente bajo presión.
Crear los equipos que lo hacen posible
La realidad operativa de la respuesta a incendios forestales exige equipos que conecten meteorología, operaciones, comunicaciones con clientes y gestión de emergencias. Estos equipos deben estar disponibles 24/7 durante los periodos de riesgo elevado y ser capaces de tomar decisiones críticas en tiempos comprimidos.
La capacitación del personal se vuelve fundamental: interpretar datos meteorológicos, comprender los fundamentos del comportamiento del fuego y ejecutar protocolos bajo presión. Lo más importante: identifica las competencias específicas sobre incendios que tus equipos aún no tienen y
El camino a seguir
Las empresas eléctricas que avanzan con éxito en esta transición comparten características comunes: han creado equipos especializados con autoridad clara para tomar decisiones, han invertido en una formación profunda del personal y cuentan con un liderazgo ejecutivo que impulsa la gestión proactiva del riesgo.
El cambio cultural no consiste solo en aceptar el PSPS u otras herramientas necesarias. Se trata de construir organizaciones capaces de proteger a las comunidades mediante acciones decisivas, incluso cuando esas acciones desafían los instintos tradicionales del sector. Para las empresas eléctricas que aún están desarrollando esta cultura, las comunidades a las que sirven confían en su capacidad de evolucionar rápida y plenamente.