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El cambio de paradigma del PSPS

6 agosto 2025

«Puede que las luces se apaguen por diseño, pero la misión nunca ha estado más clara: mantener seguras a las comunidades mediante una toma de decisiones operativas decisiva».

Imagínate este escenario: a las 2:47 de la madrugada de una mañana de octubre azotada por el viento, un meteorólogo de una empresa eléctrica observa los modelos de previsión con creciente inquietud. Lo que doce horas antes se había pronosticado como vientos manejables de 35 mph ahora muestra un potencial catastrófico: vientos sostenidos de 45 mph con rachas de hasta 70. En doce horas, la empresa eléctrica podría tener que tomar una decisión que habría sido impensable hace solo cinco años: cortar intencionadamente el suministro eléctrico a 50.000 clientes para evitar un incendio forestal catastrófico de alta probabilidad.

Para las empresas eléctricas de las zonas de riesgo de incendios forestales en todo el país, este escenario representa la nueva realidad operativa. Los Apagones de Seguridad Pública (PSPS), antes un concepto radical, han evolucionado rápidamente hasta convertirse en el nuevo estándar de atención. Hoy, los reguladores no solo esperan que las empresas eléctricas cuenten con programas de PSPS: consideran negligente no tenerlos, incluso si se utilizan en contadas ocasiones.

Esto requiere que las empresas eléctricas adopten un cambio fundamental de mentalidad: de «nunca cortaremos la electricidad» a «haremos todo lo posible para crear una comunidad segura y minimizaremos el impacto del PSPS si llegara a ser necesario«. Esto implica también un cambio de enfoque operativo, que exige datos, precisión y comunicación para aplicar el PSPS de forma quirúrgica: solo cuando sea necesario y únicamente donde sea necesario.

La carrera contra el tiempo

A diferencia de las operaciones tradicionales, que pueden desarrollarse a lo largo de días o semanas, las decisiones de PSPS se toman en un plazo reducido que no deja margen para la duda. Las empresas eléctricas disponen de 48 a 72 horas desde el momento en que identifican condiciones de alto riesgo hasta el momento en que deben notificarlo a los clientes. En ese lapso, analizan miles de activos, ejecutan cálculos de riesgo en cientos de circuitos y toman decisiones que afectan a decenas de miles de personas.

No se trata de un análisis pausado: es un sprint que requiere acción inmediata y respuestas coordinadas. El proceso ha evolucionado drásticamente desde aquellos primeros cortes generalizados, con las empresas eléctricas desarrollando enfoques cada vez más precisos para minimizar el impacto en los clientes mientras mantienen la seguridad.

Pero esta precisión tiene un costo: la necesidad de tomar decisiones en fracciones de segundo bajo una enorme presión.

El papel crítico del meteorólogo

En este nuevo paradigma, los meteorólogos de las empresas eléctricas se han convertido en la primera línea de defensa en la prevención de incendios forestales. Ya no son simples pronosticadores del tiempo: ahora son decisores críticos cuyas previsiones desencadenan respuestas operativas millonarias. Los meteorólogos que antes se limitaban a informar qué condiciones esperar, ahora deben identificar qué áreas presentan mayor riesgo de ignición.

La integración entre meteorología y operaciones se ha vuelto perfecta por necesidad. Los datos meteorológicos fluyen directamente a los modelos de riesgo de activos, que alimentan las matrices de decisión por circuito y activan los sistemas de notificación a clientes, todo ello pocas horas después de la actualización de un pronóstico.

Construir tu marco de toma de decisiones

Para las empresas eléctricas que están desarrollando o perfeccionando sus capacidades de PSPS, el reto operativo se centra en varias preguntas clave que deben resolverse antes del próximo evento meteorológico de alto riesgo:

Priorización de decisiones: ¿Qué secuencia de decisiones debe establecerse de antemano? ¿Cómo pasar de la previsión meteorológica a la evaluación de activos y luego a la notificación al cliente en plazos tan ajustados? ¿Qué decisiones pueden tomarse en paralelo y cuáles requieren un orden específico?

Evaluación rápida de activos: Al analizar miles de activos bajo presión de tiempo, ¿cómo priorizas qué circuitos o equipos evaluar primero? ¿Qué criterios determinan las áreas de alta prioridad frente a las de menor prioridad para la evaluación inmediata del riesgo?

Requisitos de capacidad interna: ¿Qué funciones y conocimientos deben estar disponibles 24/7 durante los periodos de alto riesgo? ¿Cómo estructurar los equipos para permitir una toma de decisiones rápida entre meteorología, operaciones y comunicaciones con los clientes?

Coordinación de la comunicación: ¿Cómo garantizar un flujo de información continuo desde la previsión meteorológica hasta las notificaciones a los clientes, pasando por las decisiones operativas? ¿Qué procesos internos evitan retrasos cuando cada hora cuenta?

Estas preguntas no tienen una respuesta universal: dependerán del territorio, la configuración de activos y el perfil de riesgo de cada empresa. Pero abordarlas con anticipación crea la base para una toma de decisiones eficaz en PSPS cuando el tiempo es crítico.

El camino a seguir

La evolución es medible: PG&E ha reducido su número de clientes afectados más de diez veces al año gracias a la previsión de incendios forestales, el análisis de riesgo a nivel de activos y las mejoras en el control de circuitos desde 2018. Lo que antes parecía un equilibrio imposible entre seguridad y fiabilidad se ha convertido en el nuevo estándar de excelencia.

Para los líderes de las empresas eléctricas que aún atraviesan esta transición, el PSPS no es solo otra herramienta en la caja de mitigación de incendios forestales. Es una reinterpretación fundamental de lo que significa servir a las comunidades de manera responsable en una era de riesgo climático. Las empresas que prosperen serán aquellas que adopten por completo este cambio de paradigma, invirtiendo en capacidades meteorológicas, precisión operativa y relaciones comunitarias que hagan del PSPS algo no solo posible, sino optimizado y ejemplar.

Puede que las luces se apaguen por diseño, pero la misión nunca ha estado más clara: mantener seguras a las comunidades mediante una toma de decisiones operativas decisiva.

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